Estos mantos, fabricados con fibras sintéticas o naturales, resisten la acción de químicos ambientales y se degradan con el tiempo.
Son ideales en áreas donde la vegetación por sí sola no es suficiente para prevenir la erosión.
Ofrecen una protección efectiva al suelo y fortalecen la vegetación establecida. Su vida útil es de menos de 36 meses.
Además de limitar la erosión, retienen la humedad del suelo y protegen las semillas y plantas.
Son aptos para taludes de hasta 45 grados y la revegetación de muros en suelos reforzados.